domingo, 17 de enero de 2010

Papá, ya sé por qué somos del Atleti


No podía terminar la semana sin hablar de esto. Ya sé que el tema está "machacado", que no es actual, susceptible de ser noticia, porque ya lo ha sido, y en esto del periodismo las cosas van así de rápido. Lo que ayer fue la noticia del siglo, hoy es sólo un recuerdo, unos segundos en el resumen del año que hacen todos los medios de comunicación al acercarse la navidad. Pero es que lo del Atlético de Madrid no tiene nombre. En el buen sentido eh, no se vayan a pensar.
Esta entrada viene motivada, como ya se imaginarán muchos de ustedes, por la gesta realizada por el equipo colchonero el pasado jueves, 14 de enero de 2010. Lo pongo tan claro porque pienso que será una fecha que la afición y los jugadores rojiblancos recordarán por mucho tiempo, y que todo almanaque que se precie recogerá en sus páginas. Introduzco a los profanos (muy respetados, por otro lado):
El 14 de enero se disputaba en el estadio Vicente Calderón, un partido correspondiente a la vuelta de los octavos de final de la Copa de S. M. el Rey. Los dos equipos en "faena" eran el Atlético de Madrid, como es obvio, y el Recreativo de Huelva, el club decano del fútbol español en particular, y de toda la península ibérica en general (decano, para los de la LOGSE, el más antiguo). El "Recre" llegaba al Manzanares con la ventaja y la confianza que dan marcar 3 goles en el partido de ida. El Atleti (uno de los mejores equipos a este lado del Manzanares), por el contrario, venía no sólo de haber sido goleado en la ida de la Copa, sino que encadenaba una serie de malos resultados en liga, los cuales habían culminado un inicio de temporada impropio para un conjunto de su categoría, con eliminación de la Champions incluída.
Todo hacía presagiar que el Atletico de Madrid se la pegaría en ese partido del dia 14, todo el mundo (salvo la afición atlética) hubiese apostado a que los Agüero, Forlán, Simao, Asenjo y compañía, no serían capaces de meter 3 goles para empatar la eliminatoria, y cuatro para pasar a cuartos de final y evitar la tanda de penaltis. Todo eso, contando con que el Recreativo no metiese un gol, porque en ese caso, los de Sánchez Flores deberían meter 5 goles para clasificarse. Una locura, algo que se debió de pagar a millón en las casas de apuestas. Y para los que no lo sepan (supongo que habrá muy pocos) al Atleti le pasó todo eso que he contado. Empató la eliminatoria con 3 goles en la primera media hora de juego. Después, en la segunda parte, un enorme Agüero consiguió el 4 a 0 y la batalla parecía que se iba a decantar del lado local. Sin embargo, el Atleti levanta pasiones porque es capaz de lo mejor (el 4 a 0 en el minuto 61) y de lo peor. En este caso fue lo peor. En el minuto 72, Assunçao recoge un balón a escasos metros de su portería, al lado de la línea de fondo. En un gesto incomprensible todavía para mí, el brasileño (que poco después del gol sería expulsado) se hace un lío con el esférico y se lo deja servido en bandeja de plata a Carmona, que mete gol ante el estupor de la grada. "Estos tíos no se levantan de semejante revés"- pensé yo mientras veía estupefacto la tremenda avería defensiva que se había formado en un momento.
Y es que el Atleti, al menos el actual, tiene un problema en defensa de mil pares. Algo que se ha visto en el partido de esta noche,18 de enero de 2010, en el que el Sporting de Gijón, convirtió dos goles que podrían haber sido más. Para fortuna de los atléticos, los suyos hicieron 3 dianas. Pero seguimos con el partido de Copa.
A falta de 15 munutos, los de Quique tenían que meter un quinto tanto para clasificarse. Intentaron atacar ese tiempo de forma ordenada, pero los jugadores son personas, y la presión del paso del tiempo les pudo a todos, y claro, la desesperación comenzó a aflorar. En el minuto 82, el Recre, que pudo haber metido otro "golito" después del primero, hace una falta cerca del pico del área. Simao se prepara y lanza, y por un momento, un brevísimo instante, la sombra de Milinko Pantic (gran salvador a balón parado en tiempos del doblete) planea sobre el coliseo rojiblanco. Uno de los estadios más bonitos que un servidor ha visto, se vuelve loco, 50.000 personas al unísono rompen a gritar hasta que ya no pueden más. Y un niño, junto a su padre, va y dice: "Papá, ya sé por qué somos del Atleti".
El que suscribe se sintió "indio" por un día. Se dejó contagiar por esa tensión y esa euforia que se vivía a pocos kilómetros de su casa y mostró una empatía que le llevó a un estado de calma, de satisfacción y de rabia, como si en ese partido le fuese la vida en ello, algo que sólo puede definirse con una palabra, "Atleti". En ese momento entendí, que la afición atlética, digna de admiración, protesta cuando algo no le gusta, como es normal, pero que el día después del descenso a segunda división (algo que puede pasar en las mejores familias, bueno, en la liga española, en todas menos en tres), hizo cola para apoyar al equipo y abonarse. Una afición que es dura en los momentos duros, madura en los muy duros, y de las más entusiastas en los buenos momentos. Por todo esto, y por otras cosas que sería muy difícil explicar con palabras, Viva el Atlético de Madrid y su afición. Un equipo que nos ha hecho vivir, y nos seguirá haciendo vivir, momentos inolvidables que dignifican este maravilloso deporte que es el fútbol.

1 comentario:

  1. Buen post Chanca! Sólo dos cosas. Yo ví casi todo el partido, y me dió la sensación de que si al Atléti le hubiera echo falta otro gol, lo hubiera marcado. Era la típica noche en la que todo salía, estaban desatados. Reyes se iba de todo el mundo, Aguero hacía temblar a la defensa en cuanto cogía el balón, Forlan a lo suyo...una pena que la defensa sea de parvulario y que el medio campo pase desapercibido para lo bueno y para lo malo.

    Y lo otro, es que supongo que es día te sentirías 'indio', no 'vikingo', porque esos son los del Real Madrid...

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