lunes, 1 de febrero de 2010

The Greatest of All Times



El objetivo de cualquier disciplina deportiva es ser el mejor. Está claro. Si compites es para ser el número 1. Y dentro de ser el mejor, puedes serlo en un momento determinado, durante un periodo de tiempo, o el mejor de toda la historia. En este último caso, que seleccionen a uno como el mejor de todos los tiempos se ve condicionado, debido a que el deporte, y con él los deportistas, están en constante evolución, y es muy dificil comparar a dos deportistas que se ven separados por 50 años, por ejemplo.
Pero en este caso, el que suscribe, se va a pasar por el "arco" determinadas cosas, y se va a fijar, sobre todo, en lo que conoce, en lo que ha visto más veces y de las mejores formas.
Cuando se plantea la pregunta: ¿Cuál es el mejor (en algún deporte) de la historia?, a uno le empiezan a venir nombres a la cabeza. En algunas disciplinas es difícil discernir qué personaje es mejor entre dos, tres o incluso más candidatos. Sin embargo, en otras, la elección parece clara. En Fórmula 1 Schumacher, en boxeo Muhammed Ali, en baloncesto Michael Jorda, etc.
En tenis pasa lo mismo. Tanto la prensa especializada como los grandes del tenis mundial coinciden en afirmar que Roger Federer es el mejor tenista de todos los tiempos. No seré yo quien contradiga al dios de la raqueta. Es más, estoy totalmente de acuerdo con que el de Basilea es el mejor de todos los que ha habido. No lo digo porque lo digan los demás, sino porque llevo muchos años interesándome por este deporte, tanto en la práctica, como en el seguimiento por televisión, y tengo el criterio suficiente para saber cuándo un jugador es bueno o malo. En este caso, tengo el criterio suficiente para saber quién es el mejor, y más concretamente, para distinguirlo como el número uno de la historia.

Comencé mi afición por el deporte de la raqueta a finales de los 80, en la última época del gran John McEnroe, y después tuve la suerte de presenciar el ascenso y caída, y nuevo ascenso y retirada de André Agassi, y el dominio de Pete Sampras, y el auge del tenis español, con Carlos Moyá o Alex Corretja, o el ocaso en lo más alto de Gustavo Kuerten. Es verdad que me he perdido unos 100 años de tenis, que no he visto, pero seguro que no ha habido nadie comparable a Sir Roger.

Federer no es perfecto, obviamente, pero hace que lo imposible parezca lo más sencillo del mundo. Su técnica es algo que va más allá del entrenamiento (que lo ha habido y lo habrá). Sus golpes llevan una fuerza descomunal, ajustados al máximo y lo mejor de todo, parece que el tío no hace ni fuerza. Sus movimientos son fluidos y naturales, lo que le distingue de la mayoría de los tenistas del mundo. Además, tiene otra virtud. Es un ganador. Le avalan 16 Grand Slam y el record de permanencia en el número 1 del ranking ATP, con 268 semanas, 237 consecutivas.
Ese hombre ha tenido la suerte de poder dedicarse a algo para lo que ha nacido, y de que lo reconozcan como el mejor de la historia mientras aún sigue en activo. Tiene un don, y ha podido explotarlo en una época perfecta para este deporte, que gana adeptos día a día.
Además, Federer, posiblemente ha tenido que lidiar con una competencia que no han tenido los grandes tenistas de la historia. No sólo tiene un contrario a su altura, sino que se ha juntado con una generación de deportistas difícil de repetir. Ello hace que lo que ha conseguido "Fed-ex" sea aún más especial y valorable.

No se crean que, en el fondo, no me duele que sea este hombre el mejor, y no un compatriota (aprovechando que puede que tengamos en activo y con toda la carrera por delante, al mejor tenista español de todos los tiempos), pero incluso en eso, el suizo hace que me rinda ante su juego y su saber estar tanto dentro como fuera de las pistas. Es increible que con tanto estereotipo, salgan deportistas, ídolos de masas, con las azoteas tan bien amuebladas. Son un orgullo y un ejemplo para todos.

Desde hace tiempo se viene dignificando el tenis y Federer es el "faraón" (aprovecho esta palabra para felicitar a Egipto por la victoria en la Copa de África), la nave nodriza, el buque insignia del tenis actual, y a mi parecer, de toda la historia.

Larga vida, personal y profesional, a Roger Federer.

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